Montaña Amarilla y Picnic al Atardecer

Llegó el 1 de enero de 2021. Superamos el 2020! Y bueno, había que dar una bienvenida al nuevo año, ese que habíamos estado ansiando. Con un fin de semana largo de por medio decidimos buscar qué hacer. En Diciembre habíamos estado full de trabajo así que pensar en una escapadita para distraernos sonaba muy bien.

Hacía muchos años habíamos estado en la zona de San Gerardo de Dota, pero para ser sincero, había sido hace tanto que ni muchos recuerdos quedaban. Por eso, tenía muchas ganas de volver! Así que buscamos un hotel donde pasar 1 noche, y el viernes 1 de enero nos alistamos con Milo, nuestro perrito, y nos fuimos, eso sí aprovechamos el paseo para tachar otro pendiente de la lista de visitas… la montaña amarilla de Cartago!

Montaña amarilla

No se hace cuantos años he tenido la idea de visitar la llamada montaña amarilla de Cartago, en las faldas del volcán Irazú y hoy sería el día que al fin lo cumpliría.

Aún cuando hay literalmente potreros camino al Irazú donde la gente va y se mete jeje, nosotros fuimos a una finca que está a la par de la entrada de Prusia donde pagás una entrada de 1000 y hay zonas de picnic, las familias van con comida y pasan el día entre juegos de bola, comiendo y compartiendo en familia.

La verdad que, no se podía pedir un día más perfecto para recibir el año nuevo, un sol hermoso, un cielo azul y despejado que nos reafirmaba la buena decisión de no habernos quedado en la casa, y de haber salido a disfrutar el fin de semana.

Pasamos inicialmente por el Sanatorio Durán, el parqueo estaba lleno! Y es que, la ruta Volcan Irazu – Sanatorio y Prusia – Sanatorio son bien populares y se suelen combinar.

Este día en particular, como buen feriado, la ruta hacia Prusia estaba colapsada, estuvimos en presa (ajá, en la montaña) y nos demoró al menos 1 hora poder llegar del Sanatorio a parquear el carro en la calle como 400 metros antes del letrero que indica la llegada a la Montaña de Flores Amarillas. La verdad sea dicha, estaba un poco caótico el asunto y de hecho muchos carros se dieron por vencidos y se devolvieron.

Pero también hay que ser sinceros y es que, nosotros fuimos super tarde!! Y ya saben que al que madruga Dios le ayuda ???? y al que no, le toca tragar presa. A eso de la 1:00 pm llegamos, nos parqueamos en la calle y la verdad que ahí no entraba un carro más!

Hay un letrero que no permite pérdida justo antes de llegar a Prusia, así que pagamos la entrada de ₡1000 por persona y subimos una cuesta que les soy sincera, con mascarilla sentía que me ahogaba demasiado!! Pero también en el lugar había bastante gente subiendo y bajando así que la mascarilla era más que necesaria. Quizá solo sea de tomárselo con calma.

En el lugar hay parqueo, nosotros no dejamos el carro en el parqueo porque no quisimos hacer la fila que había para avanzar los 400 metros que nos faltaban, pero para que tengan el dato. Y es que, como el lugar está justo antes de la entrada principal de Prusia, pues se une la presa de los visitantes de un lugar y otro.

Pero, que esta experiencia no te desanime! Fue por ser feriado que se volvió un caos, si vas feriado, tratá de ir mas temprano!

Desde donde se paga la entrada, después de subir la cuesta que nos dejó sin aliento llegamos al lado del campo donde todos van a pasar el día, pero nosotros seguimos derecho y en menos de 200 metros habíamos llegado!

La verdad que el lugar es bien pintoresco, y amplio como para no sentir que hay muchas personas… eso sí, es literal un espacio limitado donde están las flores, quizá no es la montaña que yo me imaginaba! Pero que nos dio unas fotos super lindas y que como punto extra permiten el ingreso de mascotas y eso hizo que igual pudieréramos llevar a Milo y le sacáramos unas fotos súper lindas.

Estuvimos un rato por el lugar, viendo las familias, sacando zanahorias y disfrutand del clima de Cartago. Como nuestra visita estaba muy centrada en el Campo de Flores amarillas y llevarnos unas lindas fotos, no nos tomó mucho tiempo cumplir esta tarea y en menos de 1 una hora, ya íbamos de regreso! Aún habían muchos carros llegando, aquello era una locura!

De regreso para Cartago, después de pasado el Sanatorio y sobre la carretera principal que lleva a Cartago nos detuvimos en cualquier lugar a hacer eso que parece que todo Cartago hace el primero de enero, tener un picnic al atardecer! En nuestro caso, el Picnic fue del famoso “recalentado” aunque técnicamente no sea recalentado jaja, de la cena del 31 de diciembre nos quedó de una tabla de quesos y frutas que pedimos para picar y que empacamos para el picnic. Lo acompañamos con Rompope, la última de las más de 350 botellas que hicimos en diciembre Pablo y yo (tenemos un pequeño emprendimiento de pastelería).

Una vez con la tripa llena, nos volvimos a subir al carro para poner rumbo a San Gerardo de Dota, esa historia la contaré en otra entrada, así que no te la perdás!!


Y hasta acá esta corta pero muy bonita aventura que tuvimos, un plan perfecto para disfrutar de un fin de semana y apto para toda la familia!

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