Día 4. Abu Simbel y Kom Ombo

De verdad que viajar implica sacrificios, y viajar a Egipto los implican el doble! Así a las 3.30 am ya estábamos de pie. No importaba, Todo valdría la pena porque íbamos para Abu Simbel.

Les voy a confesar que, mi obsesión por Egipto estaba centrada en las pirámides de Egipto, y no pensaba que nada pudiera ser más sorprendente… pero, este día me daría cuenta que estaba equivocada.

A las 4:00 am estábamos en el Lobby del Crucero y ya Sayed estaba ahí. Qué puntualidad! Nos dieron los desayunos para llevar en dos bolsas de papel, y nos fuimos al carro. Todo estaba oscuro, así que pasamos varias horas en el carro antes de poder admirar el amanecer y poder apreciar el camino que estábamos haciendo en medio del desierto del Sahara.

Para llegar a Abu Simbel, se ocupan 3 horas de ida y 3 de vuelta, hay alrededor de 300 km por carretera desde Asuán. Todos los tours salen a la misma hora para ir en un tipo de caravana que hace que sea más seguro el paso, ya que el ejército esta patrullando la carretera en este lapso de tiempo. Hay dos horas para poder salir en la caravana, a las 4am o a las 11 am en dirección Asuán – Abu Simbel y hay un control militar para regular el paso por la carretera.

Durante el trayecto, caímos rendidos un rato por el sueño. Cuando llevábamos como 1.5 hora de camino nos comimos el desayuno. En el viaje en carretera, estuvimos hablando mucho con Sayed que nos fue contando bastante historia sobre el templo que íbamos a ver, pero además de Egipto, su cultura y su gente. Sayed es una gran persona y le tomamos muchísimo cariño.

Hicimos una parada técnica para estirar las piernas, comprar dos cafés por EGP100 (USD$6) y seguir el camino. La calle por la que íbamos era una recta infinita.

A eso de las 8:00 am llegamos a la taquilla de Abu Simbel, ya el lugar estaba lleno de turistas y tuvimos que hacer una fila para que Sayed comprara nuestra entrada, que tiene un costo de EGP200 (USD$13) pero que en nuestro caso todas las entradas a los recintos estaban incluídas en el precio del paquete que contratamos con Mohammed.

Lo que realmente es un abuso en Abu Simbel, es lo que se debe pagar para hacer uso de cámaras fotográficas, tuvimos que desembolsar la módica suma de EGP350(USD$22) y un adicional de EGP20 (USD$1.5) por el trípode. Y ojo, qué sí hay guardianes dentro de los templos que están vigilando a quienes tienen cámara y les solicitan los tiquetes, y si no los tenés, te obligan a borrar las fotos, porque lo vimos! Pero, con el celular sí podés hacer fotos sin problema y sin pagar adicional.

Abu Simbel – Su historia

Abu Simbel es el monumento más importante de la zona de Nubia, y diría yo que también de todo Egipto superado únicamente por las pirámides. Conformado por dos Templos, el Templo de Ramsés II y el de Nefertari, más pequeño y modesto, pero igual impresionante. El Templo de Ramsés II está excavado unos 48 metros dentro de la montaña. En su entrada lo que sorprende grandemente son las 4 gran estatuas que están esculpidas sí, en la roca!!! Son 4 estatuas del Faraón Ramsés II quien se autoproclamó Dios y quizo dejar sus huellas en los templos que construyó. Cada estatua tiene 20 metros de alto!

Acercándonos al templo
Impresionante templo de Ramsés II

Abu Simbel es el nombre de la montaña donde se encuentran los templos de Ramsés II y Nefertari, la primer esposa y favorita del Faraón.

Encima de la entrada, se puede observar el dios Ra a quien Ramsés le está realizando ofrendas. El templo está dedicado a 4 deidades, Pthah, Amón, Ramsés II y Ra. Esta zona de Egipto fue declarada patrimonio de la humanidad a lo que llamaron, El gran museo al aire libre de Nubia y Asuán y que comprende una basta zona desde Asuán (a 300 km de Abu Simbel).

Entrada al templo

El templo fue construido como una muestra de poder de una importante batalla librada por el imperio de Ramsés II contra los hititas (Imperio del mundo antiguo), la batalla de Kadesh, que aunque no hubo un ganador si no que se llegó a un acuerdo en el que firmaron el primer tratado de paz de la historia, Ramsés II quizo dejar evidencia de su “victoria” en la batalla.

Relieves de batalla con Ramsés II

El templo fue construido en el 1284 a.C aproximadamente y duró 20 años su construcción.

Caminamos de frente hacia el lago Nasser, bordeamos un pequeña montaña y ahí teníamos el glorioso templo de Abu Simbel y sus gigantes estatuas de Ramsés II, aquello era tanto o más impresionante que las pirámides de Giza! Sayed, como ya nos vino conociendo, nos paró frente al templo y nos contó sobre la increíble hazaña realizada para preservarlo ya que el templo fue movido en su totalidad de su antigua ubicación, hoy cubierta por completo por el lago Nasser.

Lago Nasser
Llegando a Abu Simbel

Entre 1964 y 1968, en un trabajo en conjunto entre varias naciones del mundo, el templo de Abu Simbel fue cortado en 807 bloques, que tuvieron que se estrictamente etiquetados para luego poder volver a montar el templo en su ubicación actual y que solo es 65 metros más de altura y 235 metros más al interior del lugar donde se ubicó originalmente… qué es una locura!!

Para lograr la hazaña, se debió además construir la montaña entera! Toda la montaña donde se encuentra el templo es falsa, construida a partir de una cúpula de hormigón que fue revestida de roca y arena.

El domo construído para reubicar el templo

A mi en lo personal este proyecto me dejó casi igual o más atónita que el templo en sí…. que fuésen capaces de cortar todo el lugar, mover sus piezas y volver a armarlo!! Guau.

Después de las explicaciones del caso, Sayed nos dio alrededor de 2 horas para ir y visitar el templo y hacernos las fotos que quisiéramos, que ya se había dado cuenta que eso de las fotos, era lo nuestro.

Templo de Ramsés II

El complejo de Abu Simbel se mantuvo enterrado bajo las arenas del desierto durante muchos años, fue olvidado por todos. En el año de 1813 un suizo Johann Ludwig halló el templo pero fue incapaz de excavar una entrada al templo y lo comentó con el italiano Giovanni Belzoni, sí, el mismo Belzoni qué marcó con un grafiti el interior de la pirámide de Kefrén… por suerte no le dio por pintar también el templo de Ramsés II. Belzoni sí fue capaz de entrar al templo, y se llevó todos los objetos de valor que pudo cargar, como era usual en aquellas épocas.

La cantidad de personas que visitan diariamente Abu Simbel es impresionante, y si vas en el convoy pues vas a llegar a casi la misma hora que el resto de vehículos, y pues, eso significa que el lugar estará masivamente visitado.

Uno de los lugares más visitados de todo Egipto

Entramos a la primera sala donde una vez no hacemos más que maravillarnos de aquello que estamos viendo… 8 estatuas de Ramsés II de pie, acá fue cuando Ramsés II se autoproclamo dios y está representado con la forma de Osiris (el dios de la historia que les conté en la entrada de ayer del templo de Philae, y que podés ver la entrada aquí). En esta primer sala, en las paredes se tienen representaciones de la batalla de Kadesh.

Si la fachada es impresionante, las 8 estatuas ya te dejan alusinando
Sentinelas milenarios

Seguimos caminando y abriéndonos paso con un montón de gente que quería disfrutar aquel lugar como nosotros, llegamos así a una segunda sala donde también encontramos columnas, pero estas eran redondas, en esta sala destacaban algunas inscripciones en la pared, incluyendo a Ramsés II ante las barcas sagradas de los dioses Amón y Ra y también una ilustración del dios que tiene su miembro viril muy muy grande y que llama la atención de los turistas, incluidos nosotros jaja.

Llegamos entonces por último, al santuario del Templo, los templos en Egipto estaban construidos de tal forma que iban de alturas muy altas en la entrada a otras más bajas, eso daba la impresión a los visitantes de que lo que veían al final era más grande y majestuoso (efecto visual) y también un sentido de que vas llegando a un lugar más íntimo.

El santuario del Templo, tiene 4 estatuas sentadas que representan a las cuatro deidades a las cuales está dedicado el templo, Ramsés II, Amón, Ra y Ptah. Justo en esta sala es donde se da un fenómeno que hace de este templo una obra arquitectónica, ingenieril y astronómica impresionante. El templo está ubicado de tal forma en su orientación con la tierra para que, dos veces al año: el 21 de febrero y el 22 de octubre los primeros rayos del sol al salir, iluminan el santuario y a 3 de las 4 estatuas, la de Ptah siempre se queda en la oscuridad ya que, representa al dios del inframundo.

El templo tiene además, otras salas que se pueden visitar y que lo hicimos, pero que para ser sinceros dan una sensación de claustrofobia y calor como en pocos lugares sentí.

Impresionantes relieves
Entrada al santuario

Después de dedicar el tiempo suficiente para pasearnos por el templo, tomar fotos, esperar que bajara un poco el bullicio, y después de que nos revisaran que sí teníamos el tiquete para fotos y ver como a una chica oriental la agarraran tomando fotos infraganti y la hicieran borrar sus fotos, consideramos que era tiempo de salir del templo.

Saliendo, aprovechamos para irnos a un lado de la estructura y tomar las fotos desde ahí, la entrada es realmente imposible lograr fotos “limpias” en la fachada, es decir, sin muchas personas de fondo… y eso qué lo intentamos!! Fuimos pacientes como usualmente lo somos pero nos dimos cuenta que perderíamos todo el tiempo esperando un milagro que no parecía posible que fuera a ocurrir. Después de llevar 15 minutos esperando el segundo que ocupábamos para 1 foto de la fachada, Pablo tuvo la brillante idea de que volviéramos después, cuando ya todos estuviera de salida.

Así, dejamos el majestuoso templo de Ramsés II para visitar el Templo de Nefertari.

Templo de Ramsés desde el Templo de Nefertari

Templo de Nefertari

El templo en realidad está dedicado a la diosa Hathor (la misma del templo más pequeño en Philae), pero se conoce como el templo de Nefertari ya que se presume que o ella lo mandó a construir, o el faraón para ella.

Estatua de Nefertari al centro y de Ramsés II a los lados
Las estatuas tienen 10 metros de alto!

Resulta bastante simpático, por decir lo menos, que el templo aún siendo un tributo de Nefertari, posea 4 estatuas de Ramsés II y solamente 2 de Nefertari, pero siendo él el faraón, supongo que no había mucha objeción con respecto a lo que quisiera hacer jaja.

La fachada del templo es impresionante, aún con que las estatuas tengan la mitad del tamaño que las de Ramsés, llegando apenas a los 10 metros.

El templo por dentro es pequeño, pero impresionante el detalle de las estatuas de la diosa Hathor sobre las columnas en la sala Hipóstila (el nombre qu reciben las salas que anteponen los santuarios) además de relieves y representaciones del faraón y Nefertari realizando ofrendas a los dioses.

Se llega al santuario donde se supone que estuvo alguna vez la estatua de la diosa Hathor, pero que ya no queda casi nada de ella y su estado de conservación es nulo.

Santuario con la estatua de Hathor muy desgastada por el paso de los años

A esta hora, la cantidad de turistas era bastante bajo, el tiempo se nos había agotado y debíamos volver con Sayed, pero aprovechando que había menos personas, volvimos a la fachada del templo de Ramsés II a tomar fotos! Y que aún así no logramos que fueran despejadas. Mi conclusión, e que, la única forma de poder tomarlas es hospedándose propiamente en la zona de Abu Simbel y no tener que viajar con el Convoy que va y viene de Asuán.

Nos volvimos a encontrar con Sayed y aprovechamos para comprar agua, estábamos muertos de calor! La verdad que, en los últimos minutos el calor apretaba fuerte. De regreso, nos dormimos bastante rato del regreso que de nuevo fue de 3 horas para volver nuevamente a Asuán.

Tarde en el crucero

Llegamos de nuevo al crucero justo a la hora para almorzar, nos despedimos de nuestro chofer y le dimos unos propina de EGP100 (USD $6) y fuimos directo a comer!

Después, tendríamos navegación por la tarde para llegar al templo de Kom Ombo, su visita estaba planeada para las 5:00 pm, así que fuimos y dormimos un rato hora para luego subir al deck del Crucero y disfrutar de la piscina, pero especialmente de las vistas!

Por la tarde, pusieron a disposición Café, te y galletitas!! Lo disfrutamos ahí, en una mecita con el Nilo de fondo.

Tarde de café y galletas (que ya no quedaban) en el Nilo

Recorrer el Nilo en crucero, aunque pueda parecer una turistada, es en realidad una expderiencia muy especial. Poder ir viendo desde el agua la orilla tan verde y el contraste contra el desierto no muy lejos. Y sin duda, este día nos regaló uno de los mejores atardeceres en Egipto!

El contraste de la orilla del Nilo y la zona desértica
Quién diría que Egipto es 90% de desierto
El atardecer más bonito en el Nilo… sin filtros!

Kom Ombo

Desembarcamos en Kom Ombo una ciudad Egipcia a las orillas, por supuesto, del Nilo. En este lugar, se encuentra un templo particular, un templo doble, construído de forma simétrica a la derecha y a la izquierda.

Templo doble, simétrico a la derecha y a la izquierda

Llegamos ya casi cuando el sol se había ocultado, así que tocó disfrutarlo al anochecer y con luz artificial. Debo confesar que, el lugar estaba tan abarrotado que en este punto me sentí un poco abrumada. Tomar un crucero tiene esta desventaja, todos los cruceros tienen la misma ruta y casi que las mismas horas así que es una idea con la que tenés que hacerte, o mejor, optar por realizar el recorrido por tu cuenta.

Sayed, como siempre súper atento nos habló del templo de la dedicación a dos deidades del antiguo Egipto, la parte izquierda, viendo el templo de frente está dedicada a Sobek que es el dios de la fertilidad y la derecha a Haoeris, una versión de Horus viejo.

Un templo doble quiere decir que, tenía todos los lugares que conforman el templo duplicados: accesos, patios, capillas, santuarios. Fue construido por los Ptolomeos (de la dinastía faraónica Ptolomea) en los años 180 a 145 aC.

El templo se encuentra en bastantes ruinas causadas por el propio Nilo, ya que se encuentra a la orilla, y sus crecidas no debieron ayudarle, además también que partes de su edficación fueron utilizadas para otras construcciones a lo largo de la hitoria. Los relieves además han sido como la mayoría de templos en Egipcio, fueron desfigurados (o cincelados) por los cristianos coptos.

Sayed nos mostró los relieves de mayor importancia en el templo, donde destacaba una mujer en parto. Además de relieves de instrumentos quirúrgicos que llaman mucho la atención.

Por último, visitamos el Nilometro, el único que vimos pero que eran populares en esta región. El Nilometro ayudaba a saber el nivel del agua del Nilo y con esto saber cómo iba a ser su comportamiento, inundaciones o sequías.

Ya después de visitado esto y con la noche encima, Sayed nos dio tiempo libre para recorrer el templo.

Destaca grandemente como en muchos de los templos de Egipto la sala hipóstila, la sala de columnas detalladas, altas y preciosas. Como las construyeron? De los misterios más fascinantes que puedan haber.

Sala hipóstila

Cuando finalizamos el recorrido, saliendo del templo nos volvimos a encontrar con Sayed quien nos invitó a que pasáramos al museo de las momias de los Cocodrilos, un lugar muy particular, que reúne gran cantidad de Cocodrilos que fueron momificados, esto porque había una deidad con cabeza de cocodrilo la cual era venerada.

Volvimos al barco que estaba atracado a escasos metros del templo, ya era hora de cenar. Después de cenar fuimos al show nocturno donde pedimos unas bebidas que por cierto no estaban incluidas en el crucero y nos costaron EGP100 (USD$).

No nos quedamos hasta muy tarde porque estábamos muertos de cansancio, después de todo nos habíamos levantado a las 3.30 am!!! Y así terminó un día mas recorriendo Egipto y sus fascinantes monumentos milenarios, que muy pocas naciones pueden presumir.

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Día 3. Asuán, Templo de Philae y Pueblos NubiosDía 5. Templo de Edfu y Lúxor
Diario de 8 días por Egipto

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